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Vigía Espacial - Por el Dr. Dan Q. Posin - CATEDRATICO DE FISICA DE LA UNIVERSIDAD DE DEPAUL, Y CONSULTOR Y ASESOR CIENTIFICO DE LA COLUMBIA BROADCASTING SYSTEM
 
ALGUNOS DE LOS satélites lanzados por los Estados Unidos son los precursores de un sistema mundial de comunicaciones; pero esta aseveración plantea la necesidad de aclarar ciertos puntos.

Cuando se lanza un gran globo Eco, no se trata de establecer un eficaz sistema de comunicaciones en el espacio. El satélite denominado Eco no es otra cosa que lo que su nombre indica, o sea un cuerpo para reflejar las ondas de los mensajes transmitidos desde una estación. Por esa razón es de plástico aluminiado.

El Courier, en cambio, es un satélite que desempeña funciones "activas" en las comunicaciones. Puede recibir mensajes, registrarlos en cinta, y radiarlos a la Tierra en el momento que se quiera y al lugar que se determine.

Sin embargo, debe reconocerse que el Eco encierra muy importantes posibilidades para el futuro inmediato: Podría ser lanzado a la Luna y, gracias a su enorme tamaño (20 veces más grande que el Courier), es fácil seguirlo mediante telescopios en su recorrido hasta el astro nocturno. No cabe duda que será emocionante y valioso contemplar el viaje de una brillante esfera hasta la Luna.

El Courier posee un grado mucho mayor de permanencia, debido a que es rígido y es lanzado como una esfera dura. Además, su fuente de energía para las transmisiones es de gran duración, por la razón siguiente: Contiene más de 19,000 fotocélulas, las cuales capturan la luz solar y la transforman en la electricidad necesaria para recargar las baterías. Estas, por supuesto, hacen funcionar los receptores, transmisores y los grabadores de cinta.

Los satélites del tipo del Courier ofrecen la posibilidad de establecer un nuevo sistema mundial de comunicaciones. Se podrán hacer transmisiones de radio y de TV desde la Tierra hasta una serie de Couriers que se hallen girando en torno nuestro, los cuales relevarán la información a otros satélites, para que la envíen a las estaciones de la Tierra. Estos satélites podrían, a su vez, recibir otros mensajes de radio y de TV, y transmitirlos a otros Courier. Con un mínimo de tres Couriers, que mantengan una separación de 120 grados, se podrá alcanzar cualquier punto de la Tierra.

No obstante, para disponer de un adecuado sistema de comunicaciones que abarque todo el planeta -que incluya programas de radio y de TV y transmisiones del gobierno y de particulares-, se necesitará una serie de 50 Couriers, por lo menos. Mientras las estaciones de la Tierra estén recibiendo los mensajes o imágenes (fijas y animadas) conservados en el satélite, efectuarán las retransmisiones al Courier, pero en diferente frecuencia para evitar intransferencias, Cuando el satélite se halle a la vista de cada estación terrestre, sus transmisiones serán muy copiosas. Equivaldrán al volumen de informaciones efectuado por 20 teletipias que funcionen continuamente a razón de 100 palabras por minuto.

Es probable que el más económico y prodigioso sistema de comunicaciones que pueda concebirse, es uno que, según los planes, se hallará listo para el año 1963: Consistirá en tres satélites tipo Courier, provistos de repetidores activos, que darán vueltas en torno de la Tierra en el plano ecuatorial, cada uno a 35.900 kilómetros de altura. A esa altura los satélites tienen que avanzar a razón de 11.000 kilómetros por hora, aproximadamente, Con esta velocidad, cada satélite se mantendrá, todo el tiempo, situado sobre su estación respectiva, pues es la misma que la velocidad de 'rotación de la Tierra. Vendrá a ser algo así como tener tres postes telefónicos de 35.900 kilómetros de altura, cada uno. Con instalaciones tan sencillas -un satélite sobre Atenas, otro sobre Tokio y el tercero sobre Houston- será posible abarcar casi todo el planeta con una red telefónica, de TV y de teletipias. Sólo quedarán excluidas las regiones polares; pero esto se remediaría instalando en tierra sistemas reveladores especiales.

Una vez establecida esta red espacial, sería posible iniciar un sistema telefónico de llamadas por disco, y algún día podría completarse haciendo que en cada teléfono aparezca la imagen de la persona con la cual se habla, No hay duda que el futuro nos reserva extraordinarias sorpresas.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 28 - Marzo 1961 - Número 3



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus